¿Qué
tipo de discurso emplearemos al desarrollar nuestro plan? La elección
de una modalidad discursiva--la narración, la descripción, la
exposición o la argumentación-- dependerá del tema.
Por ejemplo, si elegimos
un tema histórico lo más probable es que predomine el discurso
narrativo. Si se elige hablar sobre perros, ranas, ballenas o aves,
predominará el descriptivo. Si tratamos problemas sociales estos
exigirán el discurso expositivo. Pero, dependiendo del ángulo desde
el cual se plantee el tema, puede que haya que argumentar.
Preciosa
colección sobre la vida de un león contada... por el león a su
hijo. En esta hoja se sigue el discurso narrativo.
De
todas las modalidades discursivas, la más compleja es, sin duda, la
argumentación. Hemos de plantearnos una tesis y defenderla con
argumentos sólidos, relevantes, convincentes. Esa modalidad fue la
que elegí para mi
colección
cervantina porque no se puede narrar una historia del Quijote solo
con elementos postales; sería absurdo por la magnitud de una obra
literaria tan portentosa y porque jamás podrá la imagen sustituir a
la palabra. Apenas podemos aproximarnos a su influencia universal
justificándola con "argumentos" filatélicos.
También
la disciplina y la voluntad de aprender contribuyen a que ascendamos
de acumuladores a filatelistas. En mi caso, siempre supe que no tenía
el mismo tiempo que mis compañeros por algo tan evidente como el
calendario y por lo tanto, me tocaba apresurarme. Eso me hizo poner
mucha atención a las críticas y a las recomendaciones tanto del
jurado como a las de los compañeros que sabían
más.
Naturalmente,
luego de reflexionar sobre ello,
la
decisión tenía que tomarla yo. Reconozco que no siempre he estado/
estoy de acuerdo con lo que otros dicen de mi colección, pero
siempre presto atención a las críticas porque creo en la voz de la
experiencia. Aún hoy lo sigo haciendo y se lo
recomiendo
a los noveles: escuchen
la
crítica constructiva
como
también instrúyanse en el reglamento con que seremos evaluados. O
dicho de otro modo: apréndanse "las reglas del juego".
Una
importante, casi imprescindible herramienta para el filatelista
actual es la Internet. Las páginas web, las bitácoras, las tiendas
virtuales que venden tanto los sellos como la parafernalia necesaria,
se han convertido en nuestros mejores aliados. Sin ellos, hoy sería
complicadísimo montar un "exhibit". Así mismo, los amigos
que hacemos en el camino, aún los que no son filatelistas, pero
conocen nuestra afición, ayudan con una pista, un dato, una
traducción, la localización de una pieza, etc.
Un
aspecto igualmente valioso es observar y estudiar otras colecciones,
especialmente aquellas que han ganado buenas evaluaciones. No siempre
podemos viajar a las exposiciones nacionales o internacionales, pero
aquellos sitios en Internet donde "cuelgan" variadas
colecciones, cumplen ese papel docente. Como
hacen
también docencia los jurados y los especialistas.
Desde
el punto de vista del diseño de las hojas, aunque no soy ninguna
experta en tecnología, hasta el momento me he podido defender
bastante bien con Word. A mi hijo,
arquitecto
de profesión, le debo un valioso consejo que me ha servido muchísimo
en cuanto a la parte estética del asunto y que comparto gustosa:
mantener siempre un marco visual imaginario, alrededor de las hojas,
procurando no llevar las piezas
hasta el borde de la hoja porque eso afea la composición.
Hoja
a modo de ejemplo que nos sirve para señalar esas líneas
imaginarias que menciono y que ayudan a distribuir con efecto
estético las piezas en una hoja.
Y tampoco
colocarlas de cualquier manera, sino equilibrándolas por medio de
líneas rectas imaginarias ya sea considerando para ello el borde
superior o el inferior de las mismas.
Quien
haya visto mi colección se habrá dado cuenta que el tema cervantino
tiene sus ventajas y sus desventajas. Una ventaja importante es que
no es usual en la filatelia temática. Se supone que me beneficia
en
innovación y originalidad.
Otra
ventaja es que se trata de un tema que conozco bastante bien.
Sumamos
en conocimiento. Pero, y este "pero" implica un gran reto,
también tiene sus desventajas. La principal: al tratarse de una obra
literaria no existe la variedad de piezas que tienen otros temas más
conocidos o frecuentes. Restamos en rareza... aunque no siempre.
Por
otro lado, hay una gran desventaja en un ámbito más amplio, más
general: La
situación tan distinta que vive la filatelia hispanoamericana de la
europea. Ese es otro gran escollo por superar. No es igual
para
un filatelista eurocentrista, por ejemplo, que en un mercado como el
europeo, puede elegir, con dinero, lo que se le acomode, a la
situación de un coleccionista hispanoamericano
que
sufre carencias incontables por razones que van desde las
dificultades para conseguir la materia prima hasta la "poca
profundidad" de su bolsillo.
Además,
hemos de reconocer que la joven América (me refiero a la hispana) no
tiene una tradición filatélica como Europa. Con excepción de unos
pocos países, en la mayoría apenas si se practica. Incluso una
grandísima cantidad de personas desconocen qué significa filatelia
ni a qué nos dedicamos. Las nuevas generaciones es probable que
ni
siquiera hayan escrito o recibido una carta en toda su vida.
No
es fácil, para nada fácil, abrirse camino en la filatelia en esta
época. No solo por la inmediatez que supone hoy la comunicación
gracias a la Internet y que relega las cartas a un plano bastante
alejado de nuestro quehacer cotidiano,
sino
porque nuestro pasatiempo se ha convertido en una afición cara.
Demasiada cara. Es la verdad. Las modalidades tradicional e historia
postal ya están acaparadas por unos cuantos filatelistas y son de un
valor económico demasiado elevado. Para los jóvenes que se
incorporan hoy a la filatelia, las mejores oportunidades se
encuentran en las modalidades temática, abierta y moderna. Sin
embargo, a pesar de que los temáticos continuamos siendo una especie
de cenicientas dentro de la filatelia, somos optimistas; nos alegra
cada nuevo miembro que se incorpora a nuestros clubes, tratamos de
ayudarnos mutuamente y esperamos
ilusionados
qué nos trae el futuro para nuestra hermosa afición.
Artículo ©Marcela Díaz Cabal