Hace
unos días leí en internet un artículo muy curioso sobre los envíos
especiales realizados por el Correo. Rápidamente llamó mi atención
lo inusual de dichos envíos, ya que se trataba de “envíos de
personas”.
Reproduzco
la imagen del artículo de don Juan Pablo Aguilar Andrade, publicado
en el diario El Comercio el domingo 9 de febrero del 2020 y en el
blog AFE-Ecuador Filatélico.
Este
artículo, tal y como reconoce el autor, está inspirado a su vez en
una breve publicación en Actualidad Filatélica
(http://actualidadfilatelica.blogspot.com/ 8 de noviembre de 2016) de
doña Marcela Díaz Cabal, catedrática de la Universidad de Panamá,
y que para suerte nuestra, es miembro distinguido de nuestra
Asociación de Filatelia y Coleccionismo de Alcalá de Henares.
Me
permito reproducir literalmente el artículo “Un correo muy
especial” de doña Marcela Díaz Cabal por lo interesante de su
contenido:
"El
19 de febrero de 1914, un año después de que el Correo de los
Estados Unidos ampliara sus servicios postales e incluyera el envío
de paquetes además de cartas, los padres de la niña Charlotte May
Pierstorff, tres meses antes de celebrar su cumpleaños número 6, la
enviaron de Grangeville, Idaho, donde vivían, a casa de sus
abuelos, a 73 millas de distancia, en Lewiston.
Los
padres de May no tenían suficiente dinero para pagar el boleto del
tren que era demasiado caro en esa época, pero eran tantos los
deseos de la niña de ver a su abuelita que su padre se las
ingenió para mandarla...¡¡como un paquete postal!! Entonces no
había ninguna legislación en contra de mandar paquetes "humanos";
solo un límite de peso que eran 50 libras y May pesaba 48 1/2, así
es que el papá compró los sellos postales por un valor de
0.53 centavos y los prendió en el abrigo de la niñita.
May hizo todo el viaje en el compartimiento del tren destinado a los bultos y
cartas del Correo hasta ser entregada sana y salva a su abuelita por el empleado
de turno. Claro está que la niña no viajó sola. Un pariente de la familia que
trabajaba para la compañía de ferrocarril la acompañó durante el trayecto.
La historia de May y su viaje cobraron tanta fama que hasta se escribió un
cuento de la anécdota, cuento que hoy se puede comprar en Amazon: "Mailing
May". Algo así como "Enviando por correo a May".
cartas del Correo hasta ser entregada sana y salva a su abuelita por el empleado
de turno. Claro está que la niña no viajó sola. Un pariente de la familia que
trabajaba para la compañía de ferrocarril la acompañó durante el trayecto.
La historia de May y su viaje cobraron tanta fama que hasta se escribió un
cuento de la anécdota, cuento que hoy se puede comprar en Amazon: "Mailing
May". Algo así como "Enviando por correo a May".
Realmente en los más de cien años transcurridos los medios de transporte de
personas, y en el caso concreto del viaje de menores solos, han evolucionado y
afortunadamente van más cómodos y debidamente custodiados siendo atendidos
por personal especialmente designados para estos casos.
José Luis García Olivas
Presidente Asociación de Filatelia y Coleccionismo
Alcalá de Henares
Presidente Asociación de Filatelia y Coleccionismo
Alcalá de Henares
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